domingo, 27 de febrero de 2011

Desgraciadamente el tecleo depende de alguien, de los estados anímicos, del café y de la frecuencia cardíaca que aumenta a una taquicardia potente.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Pronto volveré a practicar el arte del desahogo tal vez.  Ya me lo han planteado por segunda vez, y quizás tengan algo de razón.
A veces las palabras dichas por adultos no tienen mayor relevancia para mi consciente pero navegan perpetuas en la turbiedad de los mares del inconsciente. Pero quizás esta vez sí tienen algo de razón.
Si el caudal que sale de mis ojos se produce a la velocidad de la luz es por algo.

Hay que analizarlo.

lunes, 21 de febrero de 2011

no fears.

De vez en cuando parece que la gente debería perder el miedo, empezar a sentir de nuevo casi como estuvieras viviendo el último día de tu vida. Donde todo no importa. 
Donde robar, matar, sangrar, sonreír no tiene precio. Total, es el último día de tu vida. 
Las consecuencias vacilan en un parámetro muerto, y la alegría florece en cada rincón.

viernes, 11 de febrero de 2011

Los matices del blanco y negro.

Entre signos y pensamientos descifrados, entre varios café cortados desabridos… malditos, me ahogo en un precipicio sin agua, con el paracaídas incompleto atado a mi cintura; sin los cigarros dominantes de la depresión, ni nada más que pueda venir fugaz a mi razón.
Perdida por el ladrido de la nada, por el tacto de la tristeza me he quedado en la oscuridad, sin rumbo definido, recorriendo por parajes del pasado mal sembrado, con la cosecha por el suelo, pisoteada por rabia de un mal cultivo, de un proceso que nunca ocasionó el fruto de la semilla, o no al menos el que creía.



miércoles, 9 de febrero de 2011

titubeando.

No comprendo por qué me pongo tan nerviosa antes los sucesos de mi vida, que ante los de la naturaleza. Y hasta de hecho, a veces me parece un poco más divertido. 


Debe ser un mecanismo de autodefensa que cree después de catástrofes, aunque preferiría que fuera al revés. Ya que la frecuencia de los hechos que transcurren día tras días se han vuelto negativos en su mayoría.
Y el corazón sigue latiendo y haciéndose el fuerte, pero el nerviosismo me delata, como es costumbre. 

domingo, 6 de febrero de 2011

Con el pecho hecho mierda.



Este maldito corazón que no se cansa de latir me tiene harta, no me deja tranquila. 
Estos malditos escalofríos posteriores de un mal entendido me tiene con las manos congeladas sin ganas de teclear casi. 
Estos malditos ojos que a cada rato quieren abrir la llave del caudal, me tienen con la cuenta del agua con deuda millonaria. 
Estas malditas manos que no paran de expresarse me hacen feliz porque al menos existe una manera de desechar la desesperanza. 

Este corazón a veces debería dejar de latir, pero si fuera así seria un tanto mortal, puede ser. 
Al menos si quedara en coma quizás no lo sentiría tanto, quizás. 
Las películas dicen otra cosa.


sábado, 5 de febrero de 2011

canción.

"Si te molesta tu madre mejor dile que se prepare" 

jajaja .

martes, 1 de febrero de 2011

La dualidad de los individuos.

Las personas son tan fascinantes como individuos. Actúan por corazonadas impulsadas del late que late, mientras que no pare todo estará bien.
Sonríen con las simplezas, con dibujos de la mente, y hasta a veces por los tsunamis del pensamiento. Maldiciendo las coincidencias malditas, terminando por acabar emborrachadas con ellas, a veces bailando con las luces de colores arrendadas, y otras veces destrozando las botellas de alcohol.
Todo mientras los días pasan, mientras la lluvia de ideas, de sucesos utópicos se aproximan a la imaginación, acabando con una cascada con epicentro en los ojos, o con la revolución de los músculos faciales reproduciendo un sinfín de sonrisas explosivas.


nadie le escapa al tiempo.

nadie le escapa al tiempo.
si al final sólo trasciende lo que sos.