sábado, 24 de abril de 2010

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lo correcto no es siempre lo que quieres hacer.






Foto difusa.

lunes, 19 de abril de 2010

Vamos! te invito, sigamos el laberinto extraterrestre, tomemos los paracaídas necesarios para adelantar el paso y si no se nos quema nada, fumémonos unos cigarros que traígo en mi abrigo de invierno.
- Mira! es una alucinación o, están cayendo gotitas en nuestros rostros?
- No! no es tu mente, ya para de crear cosas, esta vez es verdad, LLUEVE, gloriosamente llueve entre tanto frío, entre tu cobijo, tus brazos y tus abrazos fraternales.
- Que grato es que me digas esto, gracias.
- Mierda! se nos quemó un poco el paracaídas, jaja eso nos pasa por fumadores compulsivas. Nooo! vamos cayendo.
- Qué importa, fui feliz. Después de esto no me importa nada más. Necesitaba este momento así.
Le canto una canción a la nada
y me burlo de la melancolía
mientras le subo el cierre a la falda de las ganas


(...)

A ti que juegas a ganarme cuando sabes bien que lo he perdido todo,
A ti te estoy hablando a ti aunque te importe poco, lo que estoy diciendo.

A ti te estoy hablando a ti 
aunque es perder el tiempo,
A ti que te paso tan lejos el rigor del llanto 
y la melancolía,
Si nunca dije la verdad fue porque la verdad siempre fue una mentira,
A ti te estoy hablando a ti aunque te valga madre lo que estoy diciendo.

sábado, 17 de abril de 2010

Contigo siempre estoy...

Si no estoy no es porque no quiera estar, es que las circunstancias no me lo permiten.
Si lloro fíjate bien, no es de felicidad, es porque recién mi alma ha explotado y ha querido vaciar ese liquido atorado que se hacía cada vez más insoportable ahí adentro.
Gracias por ayudarme, por demostrarme una vez más que no sirvo como amiga.
Gracias por hacerme ver que todavía sigo mal, incluso peor a lo que alguna vez creí; por recordarme que las pastillas estan en el espacio que hay entre mi cama y la ex puerta de mi pieza.
Gracias por hacerme recordar el precio de las gilette. Parece que me hacían falta.
Parece que son las únicas cosas que por siempre tendré, aquellas que no me hablan, que no me reprochan, que no me piden nada a cambio de un poco de alivio, de bienestar emocional.
No solo debo agradecerte a ti, Amiga. Sino que a ti también.
No no no, no te hagas la desentendida. 
Te debo agradecer por decirme de una manera indirecta lo mucho que puedo aburrir. También por dar pie a la destrucción emocional de mi corazón. 
Gracias por volverme vidente y así desconfiar de cualquier ser, además de ya no creer en palabras bonitas.
No me di cuenta del día de nuestra despedida. Bueno pero si pasó es porque debía ser asi.
A ti te quiero agradecer por lo directa, por la buena puntería que tuviste para trizarme el corazón.
Y ahora, otra más. Aún queda el broche de oro, solo confirmar que tú ya no estás, que ya no me quieres más, que pasó lo mismo que con A. aunque contigo fue distinto, eras especial, demasiado quizás. Solo me queda confirmar que todo lo que me decías no eran más que un conjunto de palabras que como frases sonaban bonitas.
Es solo cuestión de tiempo para que la frase "estaré contigo siempre" se convierta en un "hasta nunca".


Ves?, ahora te das cuenta, al final siempre estas sola, sola sola.
Bye.

viernes, 16 de abril de 2010

como un pensamiento, es lo real completo.


Caminaba sola por los pasadizos de aquella morada que territorialmente estaba ahí pero ella no estaba en ninguna parte. Pisaba un suelo fijo, firme, pero sin embargo ella no estaba ahí, su sentido viajaba varios kilómetros de ahí.
No sabía bien a donde llegaría a parar su mente, solo imaginaba. Divagaba entre ciudades inventadas casi como tal barco que al vislumbrar un poco de tierra firme entre tanto mar empieza a crear el mundo a alcanzar, a conquistar. Pero ella no era así, no pensaba conquistar nada, no quería que más gente la quiera. Y tampoco es que sea una persona fácil de amar, una profesional del amor,  sin embargo, todos aquellos que la estimaban decían que tenía un toque especial. Claro que ella nunca se lo creyó. Es más, lo creía, pero ese “toque especial” solo era la lástima que provocaba en los corazones deseosos de ayudar, de sentirse útiles una vez más, de ahondar en otra vida y salvarla del subterráneo.
Yo creo que eso era solo un relleno para lo que ellos querían. Ellos buscaban cariño, como todos; comprensión, sentirse amados, extrañados, y adorados, hasta a veces no buscaban nada, solo entregaban todo de sí por el otro para sanar heridas profundas del alma que por poco ya no existe.
Los atajos de la vida no la llevaron a ningún lado. La dosis en exceso de píldoras no sirvió de nada más que una preocupación más del hogar y de la gente que la rodeaba.
Hoy estuvo a punto de morir, por poco más y muere atropellada. Una muerte denigrante, sin sentido de ser, sin una pisca de pausa, sin nada, sin dar paso para pensar, para entender, para olvidar y perdonar al corazón. Claro que no vio su vida pasar en un minuto, eso está sabido; sólo sintió un leve cosquilleo en la boca del estómago. Una puntada en la pierna, después del pequeño golpe y nada más.
Pensar que en ese momento, en ese mínimo instante deseó no morir. Pensar que en una tarde de cielo gris, de frío, de las olas chocando entre rocas, y de otras que provocan el vaivén de las embarcaciones que son lucidas como joyas de la humanidad; no pasó velozmente la idea de cerrar los ojos por siempre.
Pensar que en ese momento ella pudo tirarse al mar y no lo hizo, porque es evidente, era un show estupendo para toda la gente que estaba ahí, y por supuesto, ella hubiese quedado como enferma mental. Para qué recalcarlo aún más – pensó ella -. Y posteriormente se viene la Clínica psiquiátrica, si es que no viene antes Urgencia en el hospital más cercano.
Ella venía mal hace días. Con las lágrimas aguantadas en los ojos, con el dolor punzando el corazón, con el amor guardado en una cajita para que no se mezcle con maldad; con el pasado recorriendo los laberintos que creó para que le cueste llegar hacia su esencia mortal, pero con una que otra escalera a ver si logra llegar un poquito antes de lo inconscientemente esperado. Contradictorio diría yo, pero es ella. Ella es la contradicción de lo más probable, de lo más incierto y de lo que ya sabemos. Ella es un paraíso contaminado de basuras, de desechos que la gente ha destrozado y donado por compasión al verla tan vulnerable y casi mendigando por un poco de amor, de nostalgia y melancolías hacia su persona.
Los sinvergüenzas han abusado de ella, de su cercanía con la frase “buena voluntad”, han abusado de su amistad, de su amor y de sus vicios sin perdón.
Ella creé muchas cosas y nada es cierto. Escucha la distorsión en cada palabra. Ojala fuera como las cámaras que pueden manejar las distorsiones de los movimientos, y ponerle OFF, al menos por un segundo para ver la diferencia. El antes y el después.
Yo creo que puede ser distorsión pero no la entiendo, habla incoherencias, llora por las noches, ya casi empieza de nuevo con los llantos en la soledad interior de cualquier lugar, ya casi vacía ese vaso que siempre ve y nota lo mucho que le falta por llenar.
Ella cree que las cenizas de algún día volverán a darle la forma a ese cigarro consumido aquel día de otoño perdido entre hojas, entre el viento invernal, y las gotitas que tocaban ligeramente el rostro que pocos se atreven a acariciar y que no cualquiera puede lograr.
Ella ya no es la que yo conocí, no es la locura adolescente ni la risueña jovencita. No forma parte del presente porque todavía vive con un pie en la espera del pasado. Ni forma parte del descontrol juvenil.

Parece que ella cada vez se parece más a mí. Pero más, aún más parece que ella ya soy yo.

sábado, 10 de abril de 2010

Hay tantas cosas.

Hay vida escondida dentro de una ciudad en ruinas. Hay una flor creciendo entre la guerra, entre bombas y explosiones fatales.
Hay dolores y amarguras en la ciudad perfecta, en la situación perfecta, en el momento propicio.
Hay escondites en el cuarto de cuatro paredes blancas.
Hay kilómetros por lo que hay que pagar, distancias que se acortan con un solo andar. Corazones que se juntan con solo hablar.
Hay silencios más sonoros que el grito de un loco, y palabras más mudas que las canciones que no dicen nada y que solo rellenan los espacios con una dulce voz.
Hay miradas que se traspasan en una pantalla, que se sienten en el alma; y llantos que te destrozan y frustran el corazón.
Hay tantas cosas y yo parece que ya quiero solo una.
Parece que nada parece.

jueves, 8 de abril de 2010

Ella, y un sin fin de nada.

Ella, esclava de las unas y mil ruinas, de los pasados que atormentan, de la marca dejada entre el montón de cenizas de sus noches de delirios, de insomnio y de llantos incontrolables; envuelta entre la secuencia del blanco y negro de palabras, de las suplicas del ayer que agitan el segundo anterior a este.
Ella, que crea una extrañeza con las palabras, el peso de ellas, el valor invaluable de cada una.
Y ya parece que no queda nada. Ella se sentía poderosa en una de las epocas más (in)felices de su vida, sentía la gloria después de un par de horas en el vacío mismo.
Ella, una de las mil y una conquistas de la soledad está hoy en la nebulosa que late, que tiene más vida que ella misma.
Ella, la perdida, la encontrada, la perpetua y a la vez tan ausente.

Pero, no creas que tú no la llenas, es solo que ella no puede acomodar un pedazo y desecharlo de su espacio.

nadie le escapa al tiempo.

nadie le escapa al tiempo.
si al final sólo trasciende lo que sos.