Ya no estoy.

quizás ahora esté delirando un poco, o quizás sea producto de la fiebre pero siento que no estoy acá, que no estoy pisando el suelo de madera que estoy viendo, que las lágrimas que me caen son de una pena transparente e imperceptible que se camuflan por unos bostezos varios.
ya no estoy. me quedé en pausa hace mucho tiempo y la única imagen que logro alcanzar de mi, es de cuando voy caminando por las calles de antaño, por aquellas que me hacían notar el vacío interior, la sensación tan exquisita de la nada y la distorsión de los suelos, de la arena y de los arboles, junto a un cielo que parecía venirse encima y junto al cigarro infaltable. todo me hacía perder la orientación física de mis pasos y mis sonoros ruídos interiores producían la felicidad momentánea porque sabía que en unos minutos más, toda simplicidad alcanzada, toda gloria sin provecho terminaría en un segundo, ni más ni menos.

dónde está el frío que era mio.

en resumidas cuentas, el frío con tarjeta de entrada se extravió y a cambio llega uno distinto que me parece ajeno. no me acostumbro, ni tampoco quiero acostumbrarme a el.
alguien respira en mi oreja y ya no lo reconozco. no sé qué es ni lo que me pide.
anhelo la real sensación de vacío, como el de antes, pero me parece lejano.
se me pierden los pasos. mis rincones cambiaron el código y ya no los puedo leer de la misma manera de antes.
no me acostumbro. me da miedo lo nuevo. no lo siento mio. no lo siento parte de mi. siento que es un fragmento impropio que dio a parar en mi y que solo busca un refugio donde habitar. pero lo desconocido me toma por sorpresa, me aleja de mi realidad y no sé donde iré a parar.
qué tan lejos de tierra firme estoy, dónde está la profundidad de esto.
me acerco a lo que parece el límite pero el piso pierde firmeza y se derrumba antes de tiempo. me adelanto a los hechos y apresuro a mi mente para que esté acorde al espacio y a cambio altero el presente.

tengo fiebre al parecer.

el frío me parece ajeno. ya no logro reconocer mis latidos ni mis movimientos.
cuento los segundos de cada bocado y a veces sumo para no pasarme del límite.
los totales me siguen y el miedo a la cifra me cuela en el alma.

mis verdades me invaden y las confusiones producen una dualidad que me cuesta quebrar.
el viento que sopla ya no me toca, no me estremece como antes, no me parece reconocible, y le temo a lo que me parece desconocido después de ser conocido, hasta propio a veces.

las mentiras de mi pasado me atormentan, me persiguen para cambiar el presente, me suplican con una voz fugaz. me piden y piden pero no entiendo.

pierdo capacidad. pierdo exactitud. pierdo las certezas.

entonces en qué o en quién puedo confiar.

extraño aquella sensación de vacío con anhelo, demostrándome que no he superado ni sanado mi mente que aún contiene tela de arañas de oro, creando un terciopelo que encanta en su textura y que cuesta dejar o destruir. poco a poco se tiñe de colores, con cada logro alcanzado cambia de matices, llegando a un arcoiris artificial que parece real pero en el fondo no lo es.
la ciega idea de realidad se pierde entre los demás. el resto no asume lo que uno no acepta, y uno no ve lo que el resto dice.
nunca es suficiente y suficiente ya no existe en mi diccionario.

gracias...

gracias por la incondicionalidad que me dan, por el calor que me brindan a pesar de las distancias, por el apoyo mutuo y desinteresado, por sus palabras tan hermosas que, sin saberlo, me hacen cambiar de estado anímico a uno mucho mejor.
gracias por confiar en mi, por ser seres preciosos que he ido conocido poco a poco, por ser la razón de mi regreso a San Antonio, por ser la primera cosa que anhelo ver cuando logro tener contacto con alguien, o al menos cuando hay una conexión cerca que me permita extrañarlas un poco menos.
gracias por hacerme extrañarlas, por sentir que el viento es un bello momento que hay que aprovechar, por mirar las estrellas y saber cómo están, por la química que logra traspasar un vidrio sin fronteras.
a las algunas las quiero, a otras las adoro, a otras las amo, pero todas están en mi corazón.
gracias por existir, por ser el aire que respiro y el oxígeno de mis pulmones, por hacerme sentir un poco importante y por hacerme notar mis errores y mis éxitos, por enseñarme, por levantarme, por sonreír apesar de las adversidades, por ser el brillo de mis días y la paz de mis horas, por ser tan especiales con un ser que pierde orientación y cae en abismos en los que, tiempo más tarde, se puede percatar de aquella profundidad y de qué tan arriba está la superficie.


Denisse, perpetualthought.
(no se preocupen, no moriré, solo me voy a mi otra región a estudiar a mi facultad).

cómo?

cómo hago para que te vayas?
dejo la puerta abierta para ver si por las noches logro alejarte de mi
pero no, te quedas perpetuo en mi mente
dejo que el tiempo pase,
me ocupo en estupideces
y terminas volviendo a mi en un segundo de pausa que tuve.
trato de correr
y alejarme de ti
pero es como si quisiera que mi sombra
se despegara de mi.

La mente es más fuerte que el corazón?

D...

Desearía que mis pensamientos se mezclaran un poco y que ya no seas solo tú en ellos.
No comprendo la rapidez con la que lograste encajar y permanecer en mi mente,
Las noches sin dormir por solo pensar y pensar en una apariencia y palabras atrayentes de un ser que casi no conozco.
No entiendo mi afán por hacerte notar lo importante que eres para mí y no de la manera que lo interpretas.