sábado, 25 de junio de 2011

estoy cansada de odiar.

Nunca ha sido muy bueno sentir tanto ODIO, que la rabia no pueda ocultar el gesto de tu cara, la mirada punzante, amenazante que quiere acabar con todos de una buena vez.
El ODIO que ya no es dolor, sino una rabia enfurecida, una bestia que algún día saldrá a atacar.

Acumular el ODIO hace mal. Y me preocupa el día que ese ODIO se desahogue. Quizás donde terminará, quizás quién tendrá que morir (o qué), quizás cuantas piedras patearé hasta hartarme de todo, del día a día, de lo mismo, de la monotonía y de las tontas plantas mal florecidas del puto jardín de la esquina.
Estoy realmente ODIANDO tener una mente tan distinta.
Desde ahora dar explicaciones para ser una de las segundas enseñanzas más fuerte de este dos mil once fatal.

viernes, 17 de junio de 2011

Otro cortocircuito.



Veo que no todo es tan simple como anoche lo pensé. Y que cuando quieres matar a todos, en realidad es para deshacer esos malos pensamientos que te llegan; ese odio, envidia y fiebre de mutilación hacia ti que la quisieras descargar en cualquier persona que se te cruce por en frente. Pero para qué hacernos los tontos, sabemos que eso no pasará y que no eres capaz de matar a una mosca ni con palabras y menos con un gesto hostil y violento para acabar con el. Y que tal vez hasta te pondrías a llorar de ira, de tristeza o de lo que sea que estés sintiendo.
Todos sabemos que no somos capaces de darle al gatillo y acabar con todo de un tiro.
Todos sabemos pero hasta el momento, no está de más putear, golpear cosas y hacer cortocircuito interno.
Y no me cansaré jamás de hacerlo, hasta no encontrar una nueva solución espontánea, o hasta que no se me cumplan los deseos de mi cumpleaños (?

viernes, 10 de junio de 2011

nunca digas Adiós, pero mantén manifiesto el Te quiero.


Es raro cuando ves a esa persona que quieres tan detenidamente y a la vez fugaz, que se le notan todos los años que tiene encima. El desgaste del tiempo, las lágrimas desgarradoras, el cansancio en sus hombros, el sudor en la frente y el pelo gastado, aquel que se intenta ocultar con la tintura pero que al final termina por dejar al descubierto todo y más, más de lo que uno puede creer.
En ese espacio fugaz que queda entre el silencio, el dolor en el pecho y el nudo en la garganta, te sale la voz normal de un saludo cotidiano al llegar. Es en ese segundo mínimo donde invaden unos varios recuerdos de la infancia, de retos, de juegos, de felicidades y tristezas junto a ella.
Es como si se abriera una puerta a un portal que no querías llegar, en el que casi puedes ver, imaginando el desastre, el dolor, y esas desgarradoras lagrimas ya en ti pero que se van bajo tierra.


No queda nada más que aprovechar el tiempo mientras éste intenta llevarse todo lo que quieres bien deprisa. 



lunes, 6 de junio de 2011

BANG!

Quizás no es tan buena idea odiar a la gente para no extrañarla, para no quererla y después sufrir cuando ya te olvidan un poco.
Quizás no es buena idea el suicidio cuando las cosas no resultan, porque claramente la tecla Esc no sirve y en vez de que te rompan el corazón a ti, tú terminas por rompérselo a esas personas.
Quizás la solución sea no crear mayores apegos. Intentar reducir la capacidad de afecto por las personas para después no llevarte un balazo con destino directo al centro del corazón.

BANG.

nadie le escapa al tiempo.

nadie le escapa al tiempo.
si al final sólo trasciende lo que sos.