C de crisis.

Y te vuelves a fallar.
El corazón comienza a latir a mil por horas mientras tus dedos no paran de teclear.  El malestar en el estómago aumenta de frecuencia, y tus pensamientos disparan contra la pantalla de la computadora.
Pareciera que se viene un abismo inmenso con pies de gigante, que avanza rápido a sus lentos pasos. 
El cuerpo tiene frecuencias extrañas y tu presión acaba de bajar. Sientes frío.
Te atormentas con lo que acaba de pasar. Te preparas para la lluvia pero no encuentras el abrigo ni el paraguas, no hay nada, y el agua helada ya la puedes sentir. Pero no es como antes, ya no es un arte; no es algo bueno, ahora te duele, te hace mal y te puede hacer vomitar.
Es como una crisis, algo nuevo que no quieres que vuelva a ser una visita aquí, algo que molesta, la mugre de la ropa que no quiere salir.
Te duele, te huele mal y no paras de tiritar.
Al parecer, la frecuencia paró un instante y se marchó a otra parte.


Al parecer...


Pero el frío se mantiene aquí, el recuerdo permanece aquí y la visita se escondió por algún diminuto rincón.