
martes, 28 de septiembre de 2010
Parece que ya no quieres volver.
Y de repente te vas y yo me quedo con el corazón en la mano. Suponiendo todo y sin saber de nada.
Está muy oscuro y casi ni pude ver mientras abrías la puerta; el sonido solo quedó por dentro repitiéndose en mi oído, recalcándose y escurriéndose por doquier.
Sigo sin entender nada. Sigue pasando el tiempo y no veo tu cuerpo pasar por esa puerta.
El corazón se comprime tanto que siento que la respiración se me acorta.
Siento el frío que hace afuera y es imposible igualarlo al que siento ahora. Ahora se me congelaron las manos. un escalofríos recorre mi espalda y mis pies parecen haber estado durante una eternidad en el congelador.
Sigue pasando el tiempo y no llegas, no me queda ni un adiós. Nada, y todavía no llegas.
Siento tu ida más fuerte que las palabras dichas en la mañana, que me saben a papel, palabras que se fueron en el ayer.
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nadie le escapa al tiempo.

si al final sólo trasciende lo que sos.
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