Me duele el saberte lejos, el perder tu aroma en el aire, sangrar hasta que ya no duela más - cosa que todavía no puedo conseguir -. Me duele que te duela tanto o más que a mi.
El silencio es el acompañante más incómodo, vagabundo de todas las calles, mendigo que no pide caridad. Y la soledad va de mano con el desamor.
Los tres vecinos de la misma cuadra, aspirantes del mismo aire y fieles compañeros desinteresados que abrigan y desabrigan al corazón.
Tengo el llanto atorado, a punto de ser expulsado. El nudo en la garganta permanente, que parecen espinas que clavan más de la cuenta y penetran al corazón.
El adiós sin despedida caló con fuerza en mi cerebro, como si me hubieras inyectado un dolor inmenso, tan inmenso que no puedo medir su intensidad, ni sé cuánto me puede durar.
Sangro mentalmente, y hace días el silencio ha sido mi mejor compañía.
Ya parece que los besos marcharon a una ciudad desconocida, y la bienvenida será como otra ida.
Me duele todo y parece que no importara nada; que las palabras se las lleva el viento, que tu presencia me absorbe tanto que me hace culparme de todo.
Me duele tanto que podría llegar al pasado...
pasado que no es pasado y ya es presente, de nuevo.
La única diferencia es que yo no te odio.
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nadie le escapa al tiempo.
si al final sólo trasciende lo que sos.
Me encanta lo que escribiste hermosa, siento que es tan de adentro. Ojala tenga la oportunidad de conocerte, para abrazarte fuerteeee y ver esa carita de bebe que tienes. Gracias por todo linda, se que es muy poco el tiempo que nos conocemos, pero ya me siento afortunada de haberte encontrado. Un besote gigante de Rancagua a Valparaíso. Sabes que cuentas conmigo para siempre, y que eres maravillosa (L)
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