
martes, 7 de diciembre de 2010
de todo un poco.
Mi consumo de cigarros depende claramente de mi estado anímico.
Desgastándome la garganta, aliviándome el alma, desahogándome el corazón pero ahogándolo en una prisión construida de las tela de arañas del más puro miedo.
Y es que a veces no es simple callar al corazón y caminar sin destinos premeditados.
No tengo sueños premonitorios ni mi mente viaja a la velocidad de la luz como antes.
Mientras el cigarro se empieza a consumir y su tamaño empieza a disminuir me doy cuenta que aquello que estuvo en pausa debe volver a empezar.
Ya quedan muy pocos días para volver a pensar, lo cual a veces termina por ser...
MORTAL.
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nadie le escapa al tiempo.

si al final sólo trasciende lo que sos.
y asi como consumis cigarros
ResponderEliminarte consumis a vos misma
el cigarrillo mata deno
TE AMO (L