sábado, 28 de agosto de 2010

PUEDE SER?

De repente te puedes perder tanto? Puedes estar tan abajo cuando todos están tan alto?



Mientras dormitabas en tu cama nunca llegaste a encontrar el sueño de ese día. Buscabas y buscabas pero no encontrabas nada. Hace mucho tiempo que los sueños dejaron de ser tu fuerte, dejaron de aparecer por tu mente en las crudas mañanas de frío recorriendo los rincones de tu piel.
Las imágenes ya no se proyectan como película o como un flash continuo, simplemente no están, no hay ningún paso a una misera laguna mental.
Las palabras dejaron de permanecer, de llover por las mañanas, incluso ya ni ahogaban. Ya las madrugadas eran vacías, llenas de nada, vacías de todo, con una hoja en blanco, con líneas y cuadros sin llenar, sin letras que las contengan, y el lápiz negro de siempre esperando a ser tomado, a introducir una palabra en las hojas, a expresar lo jamás pronunciado, a sentir mientras la mente andaba a mil por horas y la mano solo a diez.
Y el tiempo pasa, y tú solo te das cuenta porque ves anochecer, ves amanecer y notas el atardecer. Los abrazos se van, los besos se alejan, las personas se acercan y otras se van. Algunos lloran por el último abrazo, por el último reencuentro; otros solo se ríen del resto pero por dentro están más vacíos que nadie. Varios se emborrachan por los rincones de las calles, con la vista distorsionada, con el estómago atormentado y dispuesto a expulsar todo lo bebido y tal vez comido; derrochando dinero, derrochando besos y cariños, mientras la sanidad estaba bastante lejos de allí; mientras la cabeza a veces está a miles de kilómetros de ahí.
Ríen mientras el resto llora, mientras algunos suplican piedad, mientras muchos y pocos se autodestruyen de maneras variadas, mientras sobreviven con el puño de la imagen mayor sobre el rostro de los desgraciados, de los desposeídos, de los cobardes con habla entrecortada, mientras la pobreza abunda en el mundo entero.
Todo eso mientras yo sigo intentando encontrar las madrugadas del ayer, los cafés insomnes, esos que eran el remedio perfecto para avivar, para animar hasta el más muerto ser, para hacer renacer las almas inertes y florecer los frutos del pasado bondadoso, ese que nunca fue lo que decía ser.

Te arde el corazón de tanto querer encontrarlo, te sudan las manos de la ansiedad y hasta ya te parece que te estas volviendo un poco enferma, loca, porque ves sombras que te siguen a todos lados cuando estas sola. Cuando nadie está, cuando las palabras suelen aparecer tímidas, escondidas en algún lugar de la caja mental con llave extraviadas.
¡Se asoman!
Han vuelto, y esperas que sea así. Solo por ahora bajas la guardia, guardas las estrategias y te entregas a la expresión. Das vuelta la página y comienza a escribir, y recuerdas que la página anterior, aquella que está vacía quedó en el pasado.

Puede ser que haya vuelto ella. Puede ser que haya viajado hasta aquí.
Y ahora puede ser que este un poco más alto que el resto?
Puede ser?

1 comentario:

  1. Espero que no vuelva salvo lo bueno de ella, espero que el resto sea la hoja de ayer y no forme parte del mañana.

    te adoro amiga

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nadie le escapa al tiempo.

nadie le escapa al tiempo.
si al final sólo trasciende lo que sos.